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Las recientes elecciones en Veracruz y Durango, celebradas el 1 de junio, para renovar presidentes municipales, representan un termómetro clave para medir el pulso político de México rumbo a futuros comicios.
Estos procesos, marcados por una alta competitividad y baja participación ciudadana, muestran un panorama complejo donde Morena y sus aliados enfrentaron retrocesos significativos, mientras la oposición, encabezada por el PAN, PRI y un emergente Movimiento Ciudadano (MC), logró avances importantes.
En Veracruz, se renovaron 212 municipios , además de sindicaturas y regidurías, en un estado históricamente disputado y bajo el control de Morena desde 2018. En Durango, se eligieron 39 presidencias municipales , con una contienda centrada en municipios clave como Durango capital y Gómez Palacio.
Ambos estados enfrentaron un proceso electoral marcado por hechos de violencia, incluyendo el asesinato de candidatos en Veracruz y agresiones a equipos de campaña en Durango, además de una participación ciudadana baja (alrededor del 50% en Veracruz y menos del 40% en algunos casos), lo que refleja desencanto y apatía.
En Veracruz, la alianza Morena-PVEM se mantuvo como la fuerza dominante en número de municipios, pero con pérdidas significativas. Según el PREP, con el 99.9% de las actas contabilizadas, Morena-PVEM obtuvo 60 municipios (31.99% de los votos, 956,859 sufragios), mientras que Morena en solitario ganó 11 y el PVEM 13, sumando un total de 84 municipios para la coalición. Esto representa un retroceso respecto a 2021, cuando la alianza Morena-PT-PVEM conquistó 103 municipios. Ciudades clave como Poza Rica y Papantla, antes bajo control morenista, fueron perdidas, aunque Morena mantuvo el Puerto de Veracruz, Xalapa, Coatzacoalcos, y otros municipios densamente poblados.
La oposición, por su parte, mostró un crecimiento notable. Movimiento Ciudadano emergió como la gran sorpresa, consolidándose como la segunda fuerza política al pasar de 10 a 41 municipios (19.16% de los votos, 572,995 sufragios). El PAN se alzó con 34 municipios (13.55%, 405,306 votos), destacando su victoria en Boca del Río, un bastión tradicional, aunque por un margen mínimo de 751 votos. El PRI obtuvo 23 municipios (11.11%, 332,258 votos), manteniendo una presencia relevante. El Partido del Trabajo (PT), que rompió la alianza con Morena por desacuerdos sobre candidaturas, logró 28 municipios (12.51%, 374,320 votos), superando su desempeño de 2021 (6 municipios). Un candidato independiente, Miguel Ángel Grajales, ganó en Zaragoza, un hecho excepcional.
Morena presume que los municipios que controla representan el 65% de la población de Veracruz, un aumento respecto al 60% de 2021, lo que sugiere que, aunque perdió terreno en número de alcaldías, mantuvo influencia en áreas urbanas clave. Sin embargo, la fractura con el PT y la incapacidad de retener municipios estratégicos como Boca del Río (donde Morena denunció irregularidades y exige un recuento) reflejan debilidades en su estrategia electoral.
En Durango, Morena avanzó selectivamente. En alianza con el PVEM y el PT, se adjudicó 14 municipios, incluyendo Gómez Palacio, la segunda ciudad más importante, con Betzabé Martínez Arango como una figura emergente. Sin embargo, la coalición no logró conquistar la capital, Durango, donde la alianza PAN-PRI-PRD retuvo el control con la reelección de José Antonio Ochoa. Según el PREP, el PRI lideró con 23 municipios, consolidando su influencia en áreas urbanas clave. MC también mostró crecimiento, obteniendo 3 municipios y posicionándose como segunda fuerza en algunos casos, como en la capital, donde su candidato Francisco Franco quedó en segundo lugar, superando al morenista José Ramón Enríquez.
Morena denunció irregularidades en Durango, incluyendo la detención arbitraria de candidatos y agresiones a su equipo en Lerdo, calificando el proceso como una “elección de Estado”. A pesar de estos señalamientos, la oposición mantuvo su fortaleza en la capital y otras zonas estratégicas, mientras Morena incrementó su cobertura poblacional (33% en 2025 frente a 15% en 2022)
¿Quién ganó y quién perdió? Morena, aunque mantuvo una ventaja relativa en Veracruz al gobernar municipios densamente poblados, perdió terreno respecto a 2021, cediendo 19 alcaldías en total. En Durango, logró avances en municipios clave como Gómez Palacio, pero su derrota en la capital y las denuncias de irregularidades empañan su narrativa de “triunfo contundente”. La fractura con el PT en Veracruz y la falta de cohesión en su estrategia electoral son factores que debilitaron su desempeño
Morena no es el “huracán imparable”, pero su control de las áreas urbanas le permite mantener una base sólida. La oposición (PAN, PRI, MC) fue la gran ganadora en términos de recuperación territorial. En Veracruz, los partidos opositores (PAN, PRI, MC, PT) controlan el 60.19% de los municipios, frente al 39.81% de Morena-PVEM. El partido naranja se consolidó como una fuerza emergente, duplicando su presencia en Veracruz y mostrando crecimiento en Durango. El PAN reforzó su posición en bastiones como Boca del Río y Durango capital, mientras que el PRI mantuvo una base estable.
La oposición demostró que, aunque fragmentada, puede competir e incluso superar a Morena en contextos específicos.
Movimiento Ciudadano, merece una mención especial como el partido que más creció, pasando de 18 a 41 municipios en Veracruz y ganando terreno en Durango. Su estrategia de posicionarse como una “nueva alternativa” frente a la “vieja política” de Morena, PAN y PRI resonó entre votantes desencantados, especialmente en áreas urbanas.
Los resultados reflejan un electorado dividido y una oposición que, aunque no unificada, puede capitalizar el descontento con Morena. La falta de una coalición amplia (PAN-PRI-MC) evitó un golpe más contundente contra Morena, pero los avances individuales de estos partidos sugieren que una alianza en 2026 o 2027 podría ser devastadora para el oficialismo.
La baja participación (menor al 40% en algunos casos) evidencian un entorno electoral deteriorado. Esto plantea retos para la legitimidad de los resultados y la confianza en las instituciones.
La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, reconoció que “de los éxitos y fracasos se aprende”. La ruptura con el PT y la pérdida de municipios clave obligarán a Morena a replantear su estrategia, especialmente en un contexto donde la oposición gana terreno.
El actor emergente fue MC, el crecimiento impulsado por figuras como Álvarez Máynez, indica que el partido está capitalizando la insatisfacción con el statu quo. Su apuesta por una narrativa de renovación política podría consolidarlo como una tercera vía en el futuro.
En resumen las elecciones en Veracruz y Durango muestran que Morena, aunque sigue siendo una fuerza dominante, no es invencible. La oposición, liderada por PAN, PRI y un ascendente MC, logró recuperar terreno y demostrar que la fragmentación del voto puede ser una oportunidad. Morena mantuvo su influencia en áreas urbanas clave, pero su retroceso en número de municipios y las tensiones internas (como la ruptura con el PT) son señales de alerta.
Por su parte, la oposición debe trabajar en una coalición más sólida para maximizar su impacto en futuros comicios. En un contexto de violencia y apatía electoral, estos resultados reactivan el debate sobre el futuro político de México, donde el equilibrio de fuerzas parece más competido que nunca.
X:davidtenorio
Abr 21, 2020 Rate: 0.00
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