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Sótano

Noviembre 26, 2024 134

 A toda la audiencia de las Vocales Radio.

Gracias a su titular, Andrés Torres por invitarme a colaborar en este espacio y cada lunes estaré aquí con mi columna El Sótano: ese lugar de la casa donde guardamos lo que no queremos que sea parte de la decoración y forma parte de la vida de quienes habitan.

Fue el ocho de noviembre cuando cerré un ciclo de 25 años como reportero y justo también ese día se fundó la Colonia La Paz, así decidieron nombrar 170 hidalguenses al sitio, un paraje rodeado de árboles y a 300 metros de un pozo.

El terreno es propiedad de una persona, quien les va a vender para que ahí construyan sus casas. Un pastor de la iglesia bautista que vive en el norte de México, que pidió el anonimato, fue quien hizo posible el acuerdo de compra-venta.

La nueva colonia La Paz, como les mencioné, la integran 170 hidalguenses originarios de Coamila y Rancho Nuevo, comunidades que pertenecen a Huejutla, Hidalgo. Son aproximadamente 35 familias, me informó en octubre el líder evangélico de la iglesia bautista La Gran Comisión, Rogelio Hernández Baltazar, que en la década pasada fundó el templo en Coamila y con ello empezaron sus problemas de rechazo social con sus vecinos de la religión católica.

El punto de quiebre con las autoridades auxiliares municipales, los delegados de Coamila y Rancho Nuevo, que profesan el catolicismo, con sus vecinos y familiares, ocurrió el 26 de abril pasado.

Ese día los desterraron, es la palabra que usaron, desplazados forzadamente por intolerancia religiosa, consignó la prensa, el caso es que contra su voluntad salieron de sus viviendas sin posibilidad de llevarse documentos, ropa, enseres domésticos y víveres.

El motivo: La versión de los delegados de las dos comunidades es que se negaron a cooperar en las faenas así como para las actividades de la iglesia católica.

Las autoridades municipales y estatales, dijeron a la prensa que por no realizar las faenas en beneficio de la colectividad.

Los 170 evangélicos desterrados, en voz de Rogelio Hernández, es que al oponerse a cooperar para las fiestas católicas les impidieron participar en las faenas comunitarias, las que se acumularon y generaron multas, hasta que los expulsaron el 26 de abril y para asegurar que no regresarán les cortaron el servicio eléctrico y colocaron diferentes obstáculos en las entradas de sus casas como placas de madera, cadenas con candados, me informó y observé en fotografías.

Esa noche la pasaron en el auditorio municipal de Huejutla, que les ofreció por la urgencia humanitaria el entonces alcalde, hoy diputado federal Daniel Andrade Zurutuza.

No duraron ni una semana en ese lugar, como tampoco la voluntad de darles de comer de parte del presidente municipal.

Se reubicaron de refugio a la unidad deportiva de Colalambre, del que salieron y pasó desapercibido su mudanza durante las fechas del Día de Muertos, al iniciar noviembre.

En 188 días que permanecieron ahí, sobrevivieron gracias a los apoyos de otros evangélicos de Hidalgo y de otros estados de la República, que les donaron agua, comida enlatada, ropa, colchonetas, hasta médicos les enviaron y medicinas; entre quienes enfermaron se encontraba una mujer que en diciembre de 2022, hombres plenamente identificados por ella la amarraron a un árbol y la golpearon, un pastor evangélico intentó defenderla y también lo agredieron. Hay una carpeta de investigación abierta en la Procuraduría General de Justicia del estado que forma parte de lo que no resolvió el encargado del despacho, Santiago Nieto y sigue el tiempo pasando, ni detenidos ni justicia para la mujer.

A lo largo de esos 188 días, un 19 de septiembre parecía que funcionarios estatales y municipales habían logrado que se respetara el artículo 18 de la Constitución Mexicana, el que reza sobre la libertad de culto o a no profesar ninguna religión, el documento firmado por el secretario de gobierno de Hidalgo y otros servidores públicos a la fecha es letra muerta.

Los 170 hidalguenses ya no van a regresar a Coamila y Rancho Nuevo, sus vecinos se encargaron de impedirlo y hay evidencias en video y fotografías que de un día de octubre que acudieron un grupo de hombres desplazados a verificar cómo estaban sus casas, al otro día les machetearon dos tinacos y colocaron candados a algunas puertas de sus viviendas.

Eso fue desestimado por los representantes de la Secretaria de Gobierno y de la Dirección de Asuntos Religiosos estatales, aunque nunca acudieron personalmente a comprobarlo, pese a que Rogelio Hernández los convocó a acudir a verlo con sus propios ojos.

Si dudan que los delegados de las dos comunidades y sus habitantes católicos tiene en Coamila y Rancho Nuevo su propia versión del Vaticano, pregunten a los peritos de la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo que intentaron entrar a los poblados y no les permitieron hacer su labor, iban a documentar lo declarado en 13 carpetas de investigación que están interpuestas por los desterrados que denunciaron penalmente por despojo, daño en la propiedad y discriminación por motivos religiosos a quienes los desplazaron forzadamente.

Eso me lo informó a finales de octubre, José Santander, el abogado defensor de los declarantes, quien me aseguró que no habrá desistimiento y esperaría a que los peritos regresen a Coamila y Rancho Nuevo protegidos por la fuerza pública del estado.

Mientras el gobierno de Hidalgo y la autoridad municipal habían dado como un logró que una familia había regresado a Coamila, poco les duró el gusto, porque al siguiente día se fueron y forman parte de los 170 hidalguenses que fundaron la colonia La Paz.

Lo último que supe es que el alcalde de Chalma los había ido a visitar después del ocho de noviembre, les prometió su incondicional apoyo para edificar la zona habitacional, les vendió cinco tinacos que forman parte de un programa local, con maquinaria pesada trazó el camino de acceso; lo más complicado que es la electricidad y agua, será muy muy después.

Por el momento un evangélico altruista llevó una planta generadora de electricidad y al parecer les asesorará para adquirir celdas solares.

Estoy en un grupo de WhatsApp de los desterrados, con su autorización, les escribo que ayer domingo subieron unas fotos donde se observa mantiados azules, tinacos azules y la foto de un árbol al que ataron una pequeña lona en la que se lee en letras mayúsculas: bienvenidos a la colonia La Paz población 170 habitantes.

 

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Last modified on Martes, 26 Noviembre 2024 08:18